Como parte de las reflexiones de la Otra Política, se ve la necesidad de analizar nuestras percepciones acerca de las coyunturas y prácticas concretas desde los adherentes de la 6a Declaración de la Selva Lacandona. En contraposición con el pensar una ciencia política de los de arriba. el trabajo de reflexión de la 6a Declaración nos invita a pensar en una nueva forma de hacer política.
Hemos observado con otra compañera en el estado de Chiapas, que dificilmente se construyen diálogos entre quienes trabajamos abajo y a la izquierda en la otra campaña y en los ambitos locales, regionales, estatales, nacionales y mundiales. Esta propuesta nace de integrantes del Colectivo "La Otra historia, los otros saberes, la ciencia política del nosotr@s, la otra educación, la otra comunicación, la otra música, nuestro arte de la otra campaña Chiapas", adherentes de la 6a Declaración de la Selva Lacandona
Entonces les invitamos a que critiquen y pongan sus comentarios para construir.
Recordamos este documento.
Espacio de Pensamiento <resistirconstruyendo2005@yahoo.com.ar> escribió:
De: "Espacio de Pensamiento" <resistirconstruyendo2005@yahoo.com.ar>
A: resistirconstruyendo2005@yahoo.com.ar
A: resistirconstruyendo2005@yahoo.com.ar
Asunto: El "yo" y el "nosotros", sup marcos
Fecha: Mon, 13 Feb 2006 01:19:49 +0100
El viejo Antonio en Orizaba.
Al concluir la reunión con adherentes de la Sexta en Orizaba, Veracruz, el subcomandante Marcos contó ante los campesinos nahuas y la sociedad civil de la región una historia del viejo A ntonio, sobre el origen de ciertas palabras, y su valor en la existencia colectiva.
"Nos contaba uno de nuestros compañeros jefes, el viejo Antonio, la historia de unas palabras que tal vez venimos a aprender aquí en la otra campaña con toda la gente que escuchamos así. Nos contaba cómo nació la palabra yo. Decía que los primeros hombres y mujeres que poblaron estas tierras eran como la mayoría de los que están aquí, indígenas. Decía que al principio el trabajo que hacían estos hombres y mujeres era parejo repartido para todos y que después llegó el poderoso, el rico, y empezó a quedarse con el trabajo de cada uno.
"Empezó entonces una historia de dolor y de lucha a recorrer la tierra, la tierra que somos y que hoy llamamos México. Y dice que entonces uno empezó a hablar y a decir yo cuando empezó a nombrar su dolor, su rabia, su indignación. Y cuando empezó a decir 'yo sufro, yo peno, yo tengo estos problemas', es cuando aprendió a reconocerse a sí mismo como ser humano. Antes del yo no había nada. Y antes del yo que nació entonces no había explotación ni miseria. Cuando uno dice 'yo' dice un individuo, no dice un colectivo.
"Entonces dice el viejo Antonio que cuando decimos 'yo' nombramos esta historia. A partir de eso empezamos a aprender las otras palabras. Aprendemos a reconocer por la mirada y por el oído al otro que es diferente y lo nombramos 'él', 'ella'. Pero seguimos siendo nada más nosotros, como un individuo, solos separados del resto. Y es hasta cuando abrimos no el oído, no la palabra, sino cuando abrimos el corazón que empezamos a reconocer en el 'él', en la 'ella', esos mismos dolores y esas mismas penas. Y dice el viejo Antonio que cuando el 'yo' encuentra al 'él' o al 'ella' y descubre que es el mismo el dolor que tiene, empieza a construir una palabra que es la más difícil de construir en la historia de la humanidad, que es la palabra 'nosotros'.
"Cuando el 'yo' y el 'él' y el 'ella' se convierten e n 'nosotros', entonces es cuando hay la oportunidad de que el dolor y la pena que hizo nombrar al 'yo', que hizo nombrar al 'él' o al 'ella', tienen la posibilidad de transformar el 'yo' en alegría.
"Y llega un momento en que los dolores se juntan y empiezan a preguntarse quién es el responsable de ese dolor y de esa pena que empezó siendo individual, que pasó a ser de una familia, luego de un grupo de trabajo. Y es cuando hablando y escuchando descubren que el responsable de eso es el que está arriba y es entonces cuando nace la palabra 'ellos'.
"Dice el viejo Antonio que cuando uno dice 'ellos' mira hacia arriba, al que construye su riqueza a costa de nuestra pobreza; al que construye su felicidad a costa de nuestra infelicidad; al que construye su futuro a costa de nuestro presente y de nuestro pasado.
"Y entonces dice el viejo Antonio cuando queda acomodado, cabal la forma de hablar de los que están hablando. Nos enseñó que teníamos que dejar el 'yo ' en algún momento y aprender a identificar el 'él', el 'ella' sobre el que íbamos a construir el 'nosotros' que necesitaba nuestro país. Decía que teníamos que apartarnos del espejo por muy doloroso que fuera y teníamos que aprender a mirar al otro, en la única forma que hemos aprendido nosotros como pueblos indios a mirar al otro que es con el corazón.
"Entonces nos dijo el viejo Antonio que tenía que llegar el momento en que los pueblos indios tenían que conocerse entre sí y que tenían que aprender a decir 'nosotros', pero iba a seguir existiendo el 'ellos' que nos estaba explotando y humillando y que era necesario como pueblos indios que aprendiéramos a escuchar otros corazones y encontrarnos con ellos.
"De una u otra forma la palabra de arriba nos individualiza y nos devuelve el 'yo', vacío, con el mismo dolor, a cambio de una vaga esperanza que no se va a cumplir. Y si nos rebelamos solos, solos vamos a perder y solos vamos a desaparecer.
"Tenemos qu e aprender a decir ese 'nosotros' que tanto trabajo nos cuesta; porque nos cuesta trabajo entender que el otro es diferente, nos cuesta trabajo escuchar el dolor y encontrar ahí la semejanza.
"De lo que se trata la otra campaña es de construir juntos ese 'nosotros'. Unicamente ahí nuestro país tiene futuro. Si dejamos que 'ellos', los que están arriba, sigan lo que están haciendo, va a seguir la persecución de la diferencia, el desprecio a las mujeres, la humillación para los jóvenes, el racismo para los pueblos indios.
"Aquí lo que está ocurriendo es que el que produce, el que trabaja, es un delincuente. Doce años después de que los gobiernos nos pusieron que éramos nosotros, los zapatistas, unos transgresores de la ley, después venimos a descubrir que somos millones de transgresores de la ley. De la ley de arriba que es la que nos hace delincuentes. 'Nosotros', compañeros y compañeras, somos los otros, las otras, somos la otra campaña."
Al concluir la reunión con adherentes de la Sexta en Orizaba, Veracruz, el subcomandante Marcos contó ante los campesinos nahuas y la sociedad civil de la región una historia del viejo A ntonio, sobre el origen de ciertas palabras, y su valor en la existencia colectiva.
"Nos contaba uno de nuestros compañeros jefes, el viejo Antonio, la historia de unas palabras que tal vez venimos a aprender aquí en la otra campaña con toda la gente que escuchamos así. Nos contaba cómo nació la palabra yo. Decía que los primeros hombres y mujeres que poblaron estas tierras eran como la mayoría de los que están aquí, indígenas. Decía que al principio el trabajo que hacían estos hombres y mujeres era parejo repartido para todos y que después llegó el poderoso, el rico, y empezó a quedarse con el trabajo de cada uno.
"Empezó entonces una historia de dolor y de lucha a recorrer la tierra, la tierra que somos y que hoy llamamos México. Y dice que entonces uno empezó a hablar y a decir yo cuando empezó a nombrar su dolor, su rabia, su indignación. Y cuando empezó a decir 'yo sufro, yo peno, yo tengo estos problemas', es cuando aprendió a reconocerse a sí mismo como ser humano. Antes del yo no había nada. Y antes del yo que nació entonces no había explotación ni miseria. Cuando uno dice 'yo' dice un individuo, no dice un colectivo.
"Entonces dice el viejo Antonio que cuando decimos 'yo' nombramos esta historia. A partir de eso empezamos a aprender las otras palabras. Aprendemos a reconocer por la mirada y por el oído al otro que es diferente y lo nombramos 'él', 'ella'. Pero seguimos siendo nada más nosotros, como un individuo, solos separados del resto. Y es hasta cuando abrimos no el oído, no la palabra, sino cuando abrimos el corazón que empezamos a reconocer en el 'él', en la 'ella', esos mismos dolores y esas mismas penas. Y dice el viejo Antonio que cuando el 'yo' encuentra al 'él' o al 'ella' y descubre que es el mismo el dolor que tiene, empieza a construir una palabra que es la más difícil de construir en la historia de la humanidad, que es la palabra 'nosotros'.
"Cuando el 'yo' y el 'él' y el 'ella' se convierten e n 'nosotros', entonces es cuando hay la oportunidad de que el dolor y la pena que hizo nombrar al 'yo', que hizo nombrar al 'él' o al 'ella', tienen la posibilidad de transformar el 'yo' en alegría.
"Y llega un momento en que los dolores se juntan y empiezan a preguntarse quién es el responsable de ese dolor y de esa pena que empezó siendo individual, que pasó a ser de una familia, luego de un grupo de trabajo. Y es cuando hablando y escuchando descubren que el responsable de eso es el que está arriba y es entonces cuando nace la palabra 'ellos'.
"Dice el viejo Antonio que cuando uno dice 'ellos' mira hacia arriba, al que construye su riqueza a costa de nuestra pobreza; al que construye su felicidad a costa de nuestra infelicidad; al que construye su futuro a costa de nuestro presente y de nuestro pasado.
"Y entonces dice el viejo Antonio cuando queda acomodado, cabal la forma de hablar de los que están hablando. Nos enseñó que teníamos que dejar el 'yo ' en algún momento y aprender a identificar el 'él', el 'ella' sobre el que íbamos a construir el 'nosotros' que necesitaba nuestro país. Decía que teníamos que apartarnos del espejo por muy doloroso que fuera y teníamos que aprender a mirar al otro, en la única forma que hemos aprendido nosotros como pueblos indios a mirar al otro que es con el corazón.
"Entonces nos dijo el viejo Antonio que tenía que llegar el momento en que los pueblos indios tenían que conocerse entre sí y que tenían que aprender a decir 'nosotros', pero iba a seguir existiendo el 'ellos' que nos estaba explotando y humillando y que era necesario como pueblos indios que aprendiéramos a escuchar otros corazones y encontrarnos con ellos.
"De una u otra forma la palabra de arriba nos individualiza y nos devuelve el 'yo', vacío, con el mismo dolor, a cambio de una vaga esperanza que no se va a cumplir. Y si nos rebelamos solos, solos vamos a perder y solos vamos a desaparecer.
"Tenemos qu e aprender a decir ese 'nosotros' que tanto trabajo nos cuesta; porque nos cuesta trabajo entender que el otro es diferente, nos cuesta trabajo escuchar el dolor y encontrar ahí la semejanza.
"De lo que se trata la otra campaña es de construir juntos ese 'nosotros'. Unicamente ahí nuestro país tiene futuro. Si dejamos que 'ellos', los que están arriba, sigan lo que están haciendo, va a seguir la persecución de la diferencia, el desprecio a las mujeres, la humillación para los jóvenes, el racismo para los pueblos indios.
"Aquí lo que está ocurriendo es que el que produce, el que trabaja, es un delincuente. Doce años después de que los gobiernos nos pusieron que éramos nosotros, los zapatistas, unos transgresores de la ley, después venimos a descubrir que somos millones de transgresores de la ley. De la ley de arriba que es la que nos hace delincuentes. 'Nosotros', compañeros y compañeras, somos los otros, las otras, somos la otra campaña."