sábado, 26 de febrero de 2011

Globalización, Defensa de Territorios comunitarios en Chiapas

 Autonomía y Nación soberana y popular en Chiapas.

Se propone realizar una reflexión crítica que se inserte en los procesos sociales bajo el contexto de la globalización neoliberal analizando las tensiones que se le imponen tanto en teoría como en práctica a la soberanía nacional y popular. Para este caso, se plantea recuperar la visión de Emiliano Zapata sobre la defensa de los territorios desde la Nación soberana y popular.  Las políticas de protección de los recursos forestales, frecuentemente retoman  una interpretación de la Nación, desde la visión de la ciencia política de arriba. Para el caso “la clase política” se autocontempla como depositaria de la nación. Sin embargo, vulnera nuestros recursos, los vende, comercializa con ellos y desarrolla una política al servicio de las grandes transnacionales. Por eso se ve necesario analizar qué tipo de soberanía se defiende desde abajo y a la izquierda. Para esto, es importante retomar la historia de lo que hemos entendido como “nación” desde el movimiento de la Revolución Mexicana, de 1810. Como conclusión se retoman polémicas populares en una zona autodeclarada como reserva ecológica zapatista del Huitepec, en el Municipio de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

Puntos de reflexión:

I.      Antecedentes.- “Genealogía de imaginarios de “Nación soberana-popular” desde el contexto de la globalización”

A. Qué tipo de Soberanía.

Interesa retomar la discusión de paradigmas planteados sobre el papel del concepto de Nación soberana y popular a partir de una investigación sobre la genealogía del concepto de “nación” en Chiapas hacia la década de 1920. Parto en un primer momento la visión de lo que plantearon las diferentes vertientes del concepto de Nación, para ilustrar en la genealogía del imaginario de nación en diferentes fuerzas sociales que intervinieron en la Revolución Mexicana.  Destaco la importancia de las demandas enarboladas por Emiliano Zapata de construir una nación soberana y popular en donde el reparto agrario se sitúa, en el centro de las demandas de recuperación de la tierra, el territorio y la Nación.  Retomo también la importancia de la lucha de Belisario Domínguez, senador por el estado de Chiapas en el año de 1913, quien desde el inicio de la Revolución defiende la libertad de expresión en contra del usurpador Victoriano Huerta.

La Lucha ideológica y política de los revolucionarios en México y su efecto en Chiapas hacia la década de los veinte, determina cómo se produjeron tensiones entre caudillos, defensores del presidencialismo, del constitucionalismo, del agrarismo, del socialismo, del sindicalismo rural y urbano, de donde se produjo la institucionalización de una revolución, que abandonó el concepto de soberanía nacional desde lo popular.

Planteo finalmente que una ciencia política del nosotr@s, nos puede permitir entender nuestro presente y nuestro futuro, bajo reflexiones colectivas sobre la nación soberana y popular cuando las decisiones ciudadanas a través del plebiscito y el referéndum, obligan o no logran obligar a los Congresos de los Estados y de la Nación, a que los gobernantes  manden obedeciendo al pueblo. En este sentido, se propone realizar una visión crítica que se inserte en los procesos sociales bajo el contexto de la globalización neoliberal y las tensiones que se le imponen tanto en teoría como en práctica a la soberanía nacional y popular.

Una definición del Nación es, organización política de población homogénea que comparte cultura y lengua, con un gobierno que sirve a los intereses de ésta[1]. También se define a la Nación, en el ámbito jurídico-político, como el sujeto político en el que reside la soberanía constituyente de un Estado.[2] Esta definición es excluyente si sólo percibe a los intereses político-administrativos en la toma de decisiones que afectan a la sociedad. Habría que definir a la Nación cómo una figura que remite a una población no necesariamente homogénea que comparte intereses identitarios diversos en un territorio determinado. El concepto de que el Estado debe servir a las naciones apareció en el S.XIX, aunque ya desde Aristóteles, en su POLITICA, hablaba de una nación griega, que comprendía un territorio en una península, con una organización político-administrativa específica, en la que sólo los hombres originarios de la Hélade, mayores de edad, no ancianos, no esclavos, tenían derechos y obligaciones políticas. Recordamos la emergencia de la Nación con el pensamiento político moderno de Nicolás Maquiavelo. En su libro de EL PRINCIPE, habla de la Nación, como una figura territorial, poblacional con recursos que debía conjuntar el poder de todos los feudos dispersos para conformar una sola fuerza política del Estado-Nación-Italiano, que aglutinara intereses económicos y políticos de la península, en contra de la fuerza de los estados de Francia, España, Portugal, Inglaterra. Para muchos, después se definió la Nación como una organización política asentada en un territorio, cuya población era homogénea. Fue el caso de México, después del movimiento de Independencia en la Nueva España. Se hablaba de una Nación que había emergido, liberándose del poder español. Como se trataba de una Nación emergente, se buscaba la homogeneidad de su pueblo mexicano. Así es que por la presencia de los numerosos pueblos indígenas, esa inquietud se impuso jurídicamente, pasando por encima de quienes habían participado en el movimiento liberador independentista y eran distintos en lengua, formas de gobierno y costumbres.

Sabemos que Chiapas precisamente ha sido un estado cuya historia perteneciente a la Nación mexicana, tuvo sus bemoles. Perteneció desde la Colonia a la Capitanía General de Guatemala y además de ello, al momento de la Independencia, fue independiente tanto de México como de Guatemala, por un tiempo hasta 1824, fecha en que se decide la anexión del territorio a México. Entonces, el concepto de Nación, no se tenía muy claro, o por lo menos no se comulgaba con él con mucho apasionamiento, porque más bien se privilegiaban intereses comunales y patrimoniales.

A partir de su anexión a México y a lo largo de toda la Reforma, en todo el territorio de Chiapas, siempre se vivieron luchas intestinas y se dirimieron intereses liberales y conservadores para ver dónde, sin en San Cristóbal de las Casas, en Chiapa de Corzo o en Tuxtla Gutiérrez, residían los poderes políticos de todo el estado. Así, durante el Porfiriato, muchos buscaban la relación con el poder central de la nación para ejercer al propio tiempo un poder en Chiapas. Antonio García de León, habla de que “la mayoría de los gobernadores electos, eran enviados desde México o por lo menos tenían anuencia del poder central de la nación, para que pudieran mandar en la región”. [3]

En esta reflexión lo que quiero demostrar es la falla de la definición del concepto de “nación” cuando refiere al hecho de que una élite, para el caso de nuestro país, la clase política mexicana y no el pueblo, toma las decisiones por tod@s l@s habitantes de un territorio. Un pueblo, con una identidad específica.

Retomando los planteamientos del historiador Andrés Molina Enríquez y del sociólogo Arnaldo Córdova en el diagnóstico de los antecedentes de la Revolución de 1910 que le dieron formas de caracterización a la nación mexicana. Se puede corroborar que muchos síntomas y raíces de las problemáticas que llevaron a desencadenarla, no han sido resueltas hasta la actualidad, inicios del siglo XXI.

En esa época decía Molina Enríquez que, “la clase dominante durante el porfirismo estuvo integrada por los terratenientes, los grandes industriales, comerciantes y banqueros mexicanos y a ellos se agregaron, con un estatuto especial, los inversionistas extranjeros.  Frente a la clase dominante se extendían en el mosaico social del porfirismo los trabajadores urbanos asalariados, cada vez más numerosos a medida que se desarrollaban los negocios: los artesanos, cada vez más arruinados a consecuencia del mismo fenómeno; los campesinos sin tierra, muchos de ellos expropiados violentamente, sometidos por la fuerza al trabajo de las haciendas y que devinieron, poco a poco, en el elemento social más explosivo”.[4] 

Para Córdova, hay desde el Porfiriato hasta la Revolución, una continuidad en el proyecto capitalista nacional. Y hubo luchadores que mantuvieron una visión nacional y otros localista. Sin embargo, desde mi punto de vista, en cuanto a las conclusiones que establece Córdova sobre Villa y a Zapata, no hay precisión, en el sentido de que según él “ambos mantuvieron un marco localista y no transcendieron a plantear un Proyecto nacional y ambos no cuestionaron el modelo capitalista para México”.

Creo que para el caso de Villa, efectivamente se suma a Obregón en su proyecto de desarrollo modernizador para México, paradójicamente, al proceso que encabezó se le cuestionaba de violador de mujeres y expropiador de los grandes propietarios, en tanto reconocía el cargo de mujeres Generalas[5] entre las fuerzas de la División del Norte y Zapata sí tenía un proyecto nacional y éste no sólo era agrarista, sino que era soberano y popular bajo la influencia de una democracia política y social, mediada por una distribución equitativa de las riquezas del país bajo decisiones democráticas participativas que impusieran a los gobernantes a atender las demandas y las decisiones de los más.  Ninguno según Córdova fue socialista aunque efectivamente los ideales de Ricardo Flores Magón, ejercieron efectiva influencia en el Plan de Ayala. Para el caso del Libertador del Sur, Emiliano Zapata, consolidó una fuerza independiente con un programa social que defendía la toma de las decisiones por ellos mismos, en donde radica el ejercicio de formas de autonomía, más que en una visión localista. Tanto para Villa como para Zapata, sí había una visión de lo nacional desde abajo, aunque con demandas agraristas específicas.

 ¿Qué se entendían en ese entonces por estado soberano de una nación soberana, los revolucionarios en Chiapas? Pues, la capacidad de los habitantes chiapanecos de decidir acerca de su destino y asimismo, el derecho de la nación mexicana a decidir sobre su futuro. Se recordaba a Benito Juárez, diciendo que “entre los estados y entre las naciones, el respeto al derecho a ajeno es la paz”. La nación soberana para ellos, era el territorio, la población, el pueblo mexicano cuya homogeneidad de cultura tenía una identidad manifiesta en una bandera, fechas específicas de festejos patrios, costumbres y tradiciones. En ese entonces las diferencias de los pueblos originarios nahuas, aztecas, mixtecos, mayas, zapotecos, zoques, etc., se consideran como un folklor o como un estorbo, por lo que deberían ser civilizados, eliminados, aculturados, asimilados, incorporados, según el caso, buscando la homogeneidad del ser mexicano mestizo con hibridación de razas y culturas.
Tzvetan Todorov ha escrito que: "Todos tenemos necesidad de ver confirmado el sentimiento de nuestra existencia. El medio más fácil para hacerlo es el de reconocerse en una identidad colectiva". Ahora bien, la identidad de los individuos en una colectividad, no es un simple dato natural, por el contrario, es producto de la historia de la comunidad donde los individuos viven y se socializan.[6]
En el contexto de la globalización neoliberal, se requiere refundar la nación pluricultural mexicana sobre nuevas bases que rompa con la imposición de los grandes consorcios sobre las poblaciones en los territorios de las naciones, contemplando un gobierno de los de abajo, recuperando el espíritu de los derechos nacionales como fueron enarbolados por Zapata durante la Revolución Mexicana, quien cuando  hablaba de la Nación, hablaba de los derechos de un pueblo y no de una élite, ni de una clase política.

Según Guillermo Bonfil, en su libro México Profundo, “…la civilización mesoamericana ha estado negada, por la civilización y cultura occidental, nacional, civilizada. El México imaginario niega lo que existe, la desigualdad y la diferencia. Mientras que el México profundo, contempla la presencia de los indios que resisten a ser manipulados por la sociedad dominante y se rebelan contra ellos, convirtiendo sus estrategias para sobrevivir en formas que expresan su resistencia y su rebeldía en la demanda fundamental de que el que mande, lo haga obedeciendo al pueblo. El México profundo demanda la sustitución del México imaginario por una realidad de diversidad de culturas y nacionalidades.”[7]

Dice Louis Althusser que la ideología es “la relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia.” Vista así la situación, los imaginarios  son esas relaciones culturales-ideológicas del la humanidad con sus condiciones reales de existencia.

Así tenemos que si queremos analizar la genealogía del imaginario de Nación durante las décadas de los 20s y los 30s en el estado de Chiapas, será necesario entender cuál era el imaginario pos revolucionario que prevaleció en México y en Chiapas, hacia 1925 y en este sentido cómo se construyó el concepto de Nación y las Nacionalidades, y cómo se fue conformando la clase política depositaria de los derechos decisorios sobre los intereses nacionales. La lucha de clases se hacía manifiesta en las diferentes fuerzas revolucionarias entre antirre-eleccionistas, agraristas, convencionalistas, constitucionalistas, e institucionalistas.

Remontándome hacia la década de 1910-17- analizando los imaginarios de la Revolución Mexicana, destaco la figura de Emiliano Zapata, quien se mantuvo fiel a sus principios agrarios y enarboló “derechos nacionales a una soberanía popular”.

Es importante también papel que llegó a cumplir el senador por el estado de Chiapas, Belisario Domínguez, cuya memoria es vilipendiada, bajo el nombramiento de líderes panistas como al señor Castillo Peraza, injustamente del galardonado en su reconocimiento, para la obtención de la medalla Belisario Domínguez: un político servil al sistema de Vicente Fox, abandera y usurpa así los valores de un político auténtico que supo con valor defender los intereses de las libertades políticas del pueblo de México.

¿Qué papel desempeñó el senador comiteco Belisario Domínguez? En 1913, enarbola un discurso en contra del Presidente traidor, usurpador del poder, Victorino Huerta, señalando que pretende engañar a la Nación Mexicana, y que es el Congreso, el encargado de poner en orden a esta noble patria. “La Patria os exige que cumpláis con vuestro deber aún con el peligro y aún con la seguridad de perder la existencia. Si en vuestra ansiedad de volver a ver reinar la paz en la República os habéis equivocado, habéis creído en las palabras falaces de un hombre que os ofreció pacificar la Nación en dos meses y le habéis nombrado Presidente de la República, hoy veis claramente que este hombre es un impostor, inepto y malvado, que lleva a la Patria a toda velocidad hacia la ruina. ¿Dejareis por temor a la muerte que continúe en el poder?...El mundo está pendiente de vosotros, señores miembros del Congreso Nacional Mexicano y la patria espera que la honréis ante el mundo, evitándole la vergüenza de tener por Primer Mandatario a un traidor y asesino. “[8]

Si analizamos el papel de las diferentes fuerzas que intervinieron en la Revolución Mexicana, podremos comprender los intereses que defendían y asimismo, retomar de esas experiencias para la comprensión de nuestro presente. Así tenemos que sosteniendo el régimen huertista, estuvieron los banqueros, los grandes industriales, el ejército federal, el clero, especialmente, la elevada jerarquía…los hacendados, muchos de los cuales organizaron guardias blancas para defender sus propiedades y luchar en contra de las pequeñas partidas revolucionarias. En ese momento, del lado de Carranza y de los jefes que lo secundaron y lo negaron después (Villa, Zapata y Obregón), se alistaron los trabajadores de las minas, de los talleres, de las fábricas y sobre todo del campo. También se unieron a la Revolución algunas decenas de intelectuales de diversas procedencias y categorías. [9]

B. ¿Qué planteaba Emiliano Zapata al respecto?

Enarbolaba un concepto de nación, patria y pueblo, desde la perspectiva de los de abajo, la clase campesina y trabajadora de México. En 1913, defendía el Plan de Ayala, con un discurso nacionalista desde la perspectiva de clases y dejaba muy claro que la lucha revolucionaria tenía como objetivo la defensa de una nación-pueblo, en beneficio de un pueblo y no de una elite. “La nación mexicana es demasiado rica. Su riqueza aunque virgen, es decir, todavía no explotada, consiste en la Agricultura y la Minería; pero esa riqueza, ese caudal de oro inagotable, perteneciendo a más de  quince millones de habitantes, se halla en manos de unos cuantos miles de capitalistas y de ellos una gran parte no son mexicanos. Por un refinado y desastroso egoísmo, el hacendado, el terrateniente y el minero, explotan una pequeña parte de la tierra, del monte y de la veta, aprovechándose ellos de sus cuantiosos productos y conservando la mayor parte de sus propiedades enteramente vírgenes, mientras un cuadro de indescriptible miseria tiene lugar en toda la República. Es mas, el burgués, no conforme con poseer grandes tesoros de los que a nadie participa, en su insaciable avaricia, roba el producto de su trabajo al obrero, y al peón, despoja al indio de su pequeña propiedad y no satisfecho aún, lo insulta y golpea, haciendo alarde del apoyo que le prestan los tribunales, porque el juez, única esperanza del débil, hallase al servicio del canalla; y ese desequilibrio económico, ese desquiciamiento social, esa violación flagrante de las leyes naturales y de las atribuciones humanas, es sostenida y proclamada por el Gobierno, que a su vez sostiene y proclama pasando por sobre su propia dignidad, la soldadesca execrable...Reforma, Libertad, Justicia y Ley.[10]

Y por otra parte, ¿qué habían planteado Ricardo Flores Magón, Venustiano Carranza, Francisco Villa y Álvaro Obregón, al sumarse al la Revolución Mexicana, encabezada por Francisco I. Madero y una vez consumada la Convención de Aguascalientes que unificaría las propuestas de las fuerzas revolucionarias?

Ricardo Flores Magón, había difundido sus ideas en el periódico Regeneración, hacia 1910 fundamentando el derecho a la rebelión. “Así viven las clases dominantes: del sufrimiento y de la muerte de las clases dominadas, y pobres y ricos, oprimidos y déspotas, en virtud de la costumbre y de las preocupaciones heredadas, consideran natural este absurdo estado de cosas. Pero un día uno de los esclavos toma un periódico y lo lee: es un periódico libertario. En él se ve cómo el rico abusa del pobre sin más derecho que el de la fuerza y la astucia; en él se ve cómo el Gobierno abusa del pueblo sin otro derecho que el de la fuerza. El esclavo piensa entonces y acaba por concluir que, hoy como ayer, ola fuerza es soberana, y, consecuentemente con su pensamiento, se hace rebelde. A la fuerza no se la domina con razones: a la fueza se la domina con la fuerza”.[11]

Posteriormente al derrocamiento de Victoriano Huerta, Venustiano Carranza, participa en la Convención de Aguascalientes y se instala después en el gobierno al mando del Ejército Constitucionalista y en vez de defender los intereses del pueblo, defiende a empresarios y finqueros, no convoca a elecciones y se dedica a combatir al pueblo personificado en la División del Norte, comandada por Francisco Villa y en el Ejército del Sur, comandado por Emiliano Zapata.

“Las izquierdas posrevolucionarias”

Además de las posturas esgrimidas por los diferentes revolucionarios del norte, Villa, del Sur, Zapata, de las fuerzas que trataron de instrumentar una institucionalización de la Revolución, Carranza, podemos hablar de cómo las primeras gubernaturas posteriores al movimiento que instituyó la Constitución del 17, fundamentaron sus acciones mediadas por la conformación de Partidos que enarbolaran sus ideales y los puntos en los que se centraría su política de defensa laboral, de defensa agraria, de defensa cooperativa, etc. De ese Congreso Constituyente de Aguascalientes emanó la propuesta de la Primera Constitución Política de 1917 de los Estados Unidos Mexicanos, posterior a la Revolución Mexicana. Fue hasta el año de 1922 que el Congreso de la Unión había centralizado tanto poder, que empiezan a emanar organizaciones para contrarrestar su acción. Así se reconoce otro partido que se fundó el 1º de enero de 1923, el Partido Nacional Cooperatista. Después de la firma de Los Tratados de Bucareli, que había puesto el gobierno norteamericano, como condición para reconocer al gobierno emanado de la Revolución, Se desmembró el Partido Nacional Constitucionalista, dando lugar a otros partidos, el Partido Nacional Cooperatista, el Laborista Mexicano, el Socialista del Sureste, el Nacional Agrarista y otras organizaciones de menor significación. (Casasola, 1960, IX). 

¿Por qué la relectura de nuestra historia?

 Porque si entendemos la raíz del movimiento revolucionario de 1910 y sus diferentes imaginarios, la lucha ideológica y la resultante de la confrontación de fuerzas e intereses económicos y políticos, tendremos que ubicar muy bien cuáles tendrían que ser los mecanismos que permitan alcanzar un Nuevo Constituyente fundado en bases terrenales que no se aparten, ni se abstraigan de las necesidades y los sentimientos pluriétnicos, pluriculturales y mayoritarios de l@s mexican@s.

Se ven así los imaginarios de nación y soberanía en donde, para algunos la nación y la soberanía residían en el presidente como primer mandatario (Carranza), para otros debía residir en el pueblo (Villa y Zapata), mientras que para otros debía de residir en las leyes y en el aparato constituido por la unidad de los partidos políticos (Obregón), que permitieran al país avanzar en la modernización y el progreso del país. Algunos sientan sus propuestas en una visión política, otros en un afán político-social y los últimos, privilegian una política-económica, bajo un modelo capitalista que priva hasta nuestros días.


D. Y mientras tanto, ¿qué pasaba en Chiapas?

Según Thomas Benjamín, Tiburcio Fernández siguió la política obregonista, consistente en darle prioridad a la modernización de la construcción de carreteras. Pedía al gobierno del Presidente Obregón que lo ayudara a establecer varias escuelas de agricultura y estaciones de investigación. A reconstruir la Escuela Industrial Militar. Paralelamente a ello, en cuanto a lo agrario y a lo laboral, el régimen de Tiburcio Fernández  mapachista defendió los intereses de los terratenientes, situación por la que Antonio García de León habla de que en Chiapas se dio una contrarrevolución, mas que una revolución, debido a que el mismo Obregón pactó con los mapachistas.[12] Thomas Benjamín por su parte habla de un régimen de “reconstrucción o restauración del régimen porfirista.”[13]

Por otra parte, acabó con la Ley de Obreros que había abolido la servidumbre por deuda y había permitido la esclavitud en monterías, el enganche y las tiendas de raya de familias que tenían tierras.  Perdonó los impuestos a la propiedad.  En realidad, desde Carranza, la Reforma Agraria, se quedó en eso, en el discurso demagógico, mientras protegía a la gran propiedad.

En 1921, el gobierno afectaba sólo a propiedades mayores a 8 mil hectáreas (70 fincas). Ante esto, desde 1920 que había surgido el Partido Socialista Chiapaneco, reclamaba en 1925 en “defensa de los intereses de clase.” Ricardo Alfonso Paniagua fue el dirigente de ese partido y según Andrés Fábregas, en su Diccionario de Personajes Chiapanecos[14], Raymundo E. Enríquez Cruz fue integrante del ese Partido que contribuyó a derrocar el régimen mapache. “Vidal hizo crecer en Tuxtla Gutiérrez, al Partido Socialista Chiapaneco, en el que participó Raymundo E. Enríquez, primero desde la ciudad de Villahermosa, Tabasco”[15] y después desde Tapachula. Vidal decía, “necesitamos a toda costa la sindicalización de todos los gremios obreros…con una base socialista. Implantemos en esa región la dictadura del proletariado y acabar de una vez con caciques y reyezuelos.”[16]

 Por eso podemos concluir, que de todos los imaginarios que más ejercieron influencia en ese período de la década de los 20s en Chiapas, están los de Villa y Zapata contra los de Carranza y Obregón, que representaban los intereses constitucionalistas presidencialistas e institucionalistas. No obstante ello, Vidal y Enríquez lograron imponer sus ideas y obtener el cargo de gobernadores constitucionales  del estado de Chiapas (electos vía sufragio), bajo un régimen capitalista, mediando una lucha de fuerzas y asesinado a un año de su gobierno, el primero y bajo proceso electoral logrando mantenerse en el cargo, a pesar de una gran cantidad de vicisitudes, el segundo. A finales de la década de los veinte, caracterizada en lo económico por la gran crisis del 29, se dieron lugar desde la caída de los precios del café, exportado internacionalmente desde el Soconusco, hasta las propuestas autonomistas de la misma región, o la de las autonomías de los pueblos indígenas, (la primera autonomía desde los intereses económicos de los finqueros del café en la región, en tanto que la segunda autonomía, como procesos identitarios de los pueblos); además de ello, destacan las luchas reivindicativas como las de los jornaleros agrícolas de Tapachula que empezaron a formular propuestas de cooperativización obrera o la de los que retomando los planteamientos de Ricardo Flores Magón y en alianza con procesos similares en Tabasco y Quintana Roo, impulsaron la formación del Partido Socialista Chiapaneco y la sindicalización de las clases trabajadoras.

Las críticas a Carranza, por personificar al caudillo presidencialista y constitucionalista, se esgrimieron entre quienes como Tiburcio Fernández, impulsaron un constitucionalismo de grupo con el movimiento mapachista de finqueros y quienes como Rafael Cal y Mayor se identificaron con Emiliano Zapata o Carlos A. Vidal, quien siguió también a Francisco Villa impulsando movimientos antifernandistas en Tapachula y en Tuxtla Gutiérrez, retomando la ideología socialista. Bajo ese clima, Raymundo Enríquez que desde joven se había ido a estudiar a la ciudad de México, participa en un proceso electoral y a pesar de las encontradas fuerzas que defendían a los finqueros junto con Tiburcio Fernández, logra ser electo después de haber participado en el Partido Socialista Chiapaneco, aliado al Partido Cooperatista. Una ciencia política del nosotr@s puede investigar desde la prospectiva de las ciencias sociales,  acerca de esos procesos que se daban desde abajo, formulando análisis y reflexiones desde diferentes ópticas, acerca de cuáles eran los diferentes movimientos y fuerzas de hombres y mujeres de los sectores sociales subalternos que empujaban en ese entonces, en la percepción de la identidad como chiapanec@s, pertenecientes a la nación mexicana, en la mira de comprender nuestro presente.

E. Globalización En este ensayo se puede retomar el ejemplo de la propuesta de autonomía y la Reserva Ecológica Zapatista.
Habría que valorar la defensa territorial desde los pueblos y no desde gobiernos entreguistas que vulneran nuestro patrimonio cultural, forestal y de recursos naturales.  Así formular un lema que dijera,

“En este territorio defendemos
 los intereses de la Nación,
desde la comunidad”,
que respalde la acción concreta de defensa del recurso forestal desde el Caracol de Oventil.

Dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo”, pero en la Carta Marga, vigente, se plantea una contradicción, porque primero le reconoce un poder soberano al pueblo y después en el Artículo 41, se lo quita.

Ante el proceso de globalización neoliberal, en México vemos la necesidad de recuperar el espíritu originario del artículo 27 constitucional, porque de ahí dimanan nuestras concepciones sobre la nación, la territorialidad, el derecho agrario y el derecho público.
Asimismo en el artículo 40 de la constitución se enmarcan cuestiones que han limitado la vida política ciudadana.

En el artículo 27 anterior a las modificaciones ilegítimas realizadas durante la gubernatura de Carlos Salinas de Gortari, en 1992, se señala que “La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional corresponden originariamente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares constituyendo la propiedad privada. Las expropiaciones sólo podrán hacerse po0r causa de utilidad pública y mediante indemnización.

Esta situación nos lleva a plantear la necesidad de una nueva racionalización con respecto al desarrollo forestal que tome en cuenta las necesidades de los pueblos y la el mejoramiento de las condiciones de vida.

La preocupación estriba entonces en pensar sobre el decreto de las Areas Naturales Protegidas cuando la prerrogativa de decidir sobre la protección forestal es vertical. Y aquí yo me pregunto, ¿qué nación?

La Nación como concepto que históricamente le ha sido expoliado a la población rural y urbana o la depositada en una clase política que en México no ha demostrado defender con firmeza el patrimonio forestal y los “terrenos nacionales” de la nación-pueblo, entendida como ese patrimonio que históricamente ha estado protegido por las comunidades indígenas, que han visto por su reproducción.

En el periódico Mirada Sur del día 1º de octubre de este año, sale publicado un artículo titulado “Demandan a zapatistas por invasión en Huitepec”. Pienso que esa demanda contraviene el articulo constitucional que a la letra dice, La Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana. En consecuencia, se dictarán las medidas necesarias para ordenar los asentamientos humanos y establecer adecuadas provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques, a efecto de ejecutar obras públicas y de planear y regular la fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de población ; para preservar y restaurar el equilibrio ecológico; para el fraccionamiento de los latifundios, para disponer en los términos de la ley reglamentaria, la organización y explotación colectiva de los ejidos y comunidades; para el desarrollo de la pequeña propiedad agrícola en explotación; para la creación de nuevos centros de población agrícola con tierras y aguas que les sean indispensables; para el fomento de la agricultura y para evitar la destrucción de los elementos naturales y los daños que la propiedad pueda sufrir en perjuicio de la sociedad. Los núcleos de población que carezcan de tierras y aguas o no las tengan en cantidad suficiente para las necesidades de su población, tendrán derecho a que se les dote de ellas, tomándolas de las propiedades inmediatas, respetando siempre la pequeña propiedad agrícola en explotación. “ (Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, Ediciones Quinto Sol, México, 1989)
Pienso que tanto el gobierno del Estado Nacional Mexicano, como las comunidades indígenas tienen el derecho de defender los recursos de la nación y en este caso el patrimonio forestal. En tanto, hemos observado, cómo en otras regiones del estado de Chiapas, véase por ejemplo el caso del Municipio de Chicomuselo en donde se han entregado tierras en concesión para que empresas mineras exploten los minerales del subsuelo. Entonces, esta prerrogativa de “Terrenos nacionales” consideramos es cada día más vulnerable si no respaldamos ese derecho con los pueblos que están asentados en esos territorios.

De donde considero anticonstitucional esa demanda en tanto contempla a la Reserva Ecológica del Huitepec, como un area forestal que no puede ser usufructuada comunitariamente. Se habla de que son 102 hectáreas las que están siendo invadidas por campesinos agricultores y qué pasa con los manantiales que están a las faldas del Huitepec, cuyo uso alimenta libremente sin mediar valorización de nuestros recursos acuíferos de San Cristóbal y se proporcionan en concesión a la empresa de la Coca Cola.

En ese caso ¿no son Areas Naturales Protegidas? ¿Por qué en algunos casos se protegen y en otros no?

Desde el 13 de marzo del 2007, la Junta de Buen Gobierno de Oventic crea esa misma área Reserva Ecológica Comunitaria Zapatista del Huitepec. Días después, el Congreso local decreta la creación de un Área Natural Protegida. Protegida ¿por quiénes? ¿por quienes entregan a concesión los recursos de los municipios?

Hay una serie de preguntas que pueden dar lugar a polémicas. Lo que sí es cierto es que jurídicamente en la Constitución Nacional y en la Estatal, están los artículos que respaldan ese derecho comunitario que estaba en el espíritu del Plan de Ayala, que dio origen a la defensa del patrimonio y de los recursos naturales de la nación.
El pueblo es depositario de ese derecho por el que lucharon los héroes de la Revolución Mexicana. Y ese derecho se tiene que respetar. Y en esa protección, puede darse, bajo el usufructo forestal. La protección no significa cuidado y limpieza de población ahí asentada, ni explotación por terceros, ni derecho a ser concesionada solo por un grupo minoritario de los recursos, cuyo bien es común.

Los habitantes de los Alcanfores, del Huitepec hacen la demanda. ¿A quién beneficia esa demanda? La Secretaría de Gobernación da instrucciones para que se atienda el caso, ¿en respaldo de la pequeña propiedad o de la posesión comunitaria?

Para el Municipio de San Cristóbal, se demanda desde la ranchería de los Alcanfores o de la pequeña propiedad o de un barrio de la ciudad. Y el Secretario de Gobierno de Chiapas, Noé Castañón León, resolverá a favor de las Áreas Naturales Protegidas para concesionarlas a quién o respetará el derecho inmemorial de sus pobladores que han nacido ahí y su patrimonio territorial preserva la cultura de nuestros antepasados.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente a quién beneficiará, a particulares o a comunidades. Hemos querido hacer esta reflexión retomando una lectura de Sivel Elías Gramajo, investigador de FLACSO, porque efectivamente en Guatemala, y concretamente en Totonicapán, se ha llevado todo un proceso de lucha por el respeto a los derechos comunitarios forestales. En ese país hay una gran cantidad de experiencias como es el caso de las consultas en donde los campesinos no sólo defienden plebiscitariamente sus recursos, sino que protegen su montaña, impulsando un desarrollo agroecológico forestal que produce viveros; además de esto, vigilan la protección forestal con participación comunitaria. Se les acusa a los zapatistas de sembrar hortalizas en las partes planas a las faldas de las Áreas Naturales Protegidas del Huitepec, de obstaculizar el libre tránsito y el usufructo del agua, dificultando al propio tiempo las actividades del Instituto de Historia Natural del Gobierno de Chiapas para que establezca Programas de Manejo para preservar la reserva que produce abundante agua. Se les acusa de cambio de uso de suelo, cuando la subsistencia les ha llevado a proteger su territorio.

¿No puede la comunidad preservar esa reserva forestal? ¿Por qué no?
Cuando sabemos que los campesinos indígenas son los más interesados en la reproducción de su patrimonio territorial, forestal y cultural.

Se requiere atender a la legislación en la materia, plasmada en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, recuperada en Los Acuerdos de San Andrés. Se requiere recuperar las iniciativas de consulta y de plebiscito para que la nación soberana y popular  ejerza sus decisiones y reconozca necesidades.

íAgroecología, autogestión y universalización en reservas ecológicas comunitarias)
Dra. María Isabel Pérez-Enríquez
Proyecto de Investigación
“Autonomía, autogestión y ciencia política del nosotr@s”
FCS-UNACH
menriquez5@prodigy.net.mx
Esta conferencia fue presentada en el
DIPLOMADO EN MANEJO Y CONSERVACIÓN DE BOSQUES Y SUELOS, UNACH


Bibliografía.

Diccionario Larousse.
Wikipedia. Web.
Aristóteles, La Política. Ed. Gredos, 2004.
Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, 130.
García de León , Antonio, Resistencia y Utopía. Tomo II. Ed. ERA, 1981.
Córdova, Arnáldo. Ideología de la Revolución Mexicana, ERA, 1979.
Exposición fotográfica de las “Generalas de la División del Norte”, Archivo Fotográfico de Gustavo Casasola, “Museo de la Revolución Mexicana”, Av. Lerdo de Tejada 109 esq. Calle Gregorio A. García, Torreón, Coahuila, México.
Tzvetan Todorov, Nosotros y los otros, Siglo XXI, México, 1991.
Bonfil Batalla, Guillermo. México profundo.
Silva Hérzog, Jesús. Belisario Domínguez en Breve historia de la Revolución Mexicana, FCE, La etapa constitucionalista y la lucha de facciones, 1960.
Elías Gramajo, Sivel, Autogestión comunitaria de recursos naturales: estudio de caso Totinicapán, FLACSO, 1997.
Emiliano Zapata en Ibid, p.102.
Camos, Mario. Revolución: casos y cosas, Ed. Tonatzin, México, 1979, p.269.
Flores Magón, Ricardo, Regeneración, 10 de septiembre de 1910, Ediciones del grupo cultural, México, 1924,
Casasola, Gustavo, Historia gráfica de la Revolución Mexicana,  Tomo 4, p. VIII.
Rousseau, Juan Jacobo, Contrato Social, Ed. Tecnos, España, 1988. “La soberanía no puede ser representada, por la misma razón por la que no puede ser enajenada; consiste en la voluntad general y la voluntad no se representa, porque es ella misma o e otra; en esto no hay término medio. Luego, los Diputados del pueblo no son ni pueden ser sus representantes; son tan solo sus comisarios y no pueden determinar nada definitivamente. Toda ley que el pueblo en persona no haya ratificado es nula, y ni aún puede llamarse ley”.
Francisco Villa en Op.cit., Casasola, Vol. 3, p.882.
Benjamín, Thomas, Chiapas: tierra rica y pueblo pobre, p. 174.
Fábregas Puig, Andrés, DICCIONARIO DE PERSONALIDADES CHIAPANECAS, Archivo General de la Nación.
de la Peña, Sergio. Estado, partido y sindicatos.
_____Diario Oficial  de la Federación, LEY GENERAL DEL EQUILIBRIO ECOLÓGICO Y LA PROTECCIÓN AL AMBIENTE, 28 de enero de 1988. 






*Analizar lo paradigmático de la puesta en práctica de la Ley General de Equilibrio Ecológico en un contexto específico demostrando condiciones históricas, económicas y/o  sociales de los marcos de la soberanía nacional y popular . (3 cuartillas con bibliografía).





























Anexos




















Anexo.


LEY GENERAL DEL EQUILIBRIO ECOLÓGICO Y LA PROTECCIÓN AL AMBIENTE
Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 28 de enero de 1988
TEXTO VIGENTE
Última reforma publicada DOF 16-05-2008
Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados Unidos Mexicanos.- Presidencia de la República. MIGUEL DE LA MADRID H., Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a sus habitantes, sabed: Que el H. Congreso de la Unión, se ha servido dirigirme el siguiente DECRETO "El Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, Decreta:
LEY GENERAL DE EQUILIBRIO ECOLOGICO Y LA PROTECCION AL AMBIENTE
TITULO PRIMERO

ARTÍCULO 1o.- La presente Ley es reglamentaria de las disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que se refieren a la preservación y restauración del equilibrio ecológico, así como a la protección al ambiente, en el territorio nacional y las zonas sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción. Sus disposiciones son de orden público e interés social y tienen por objeto propiciar el desarrollo sustentable y establecer las bases para:
I.- Garantizar el derecho de toda persona a vivir en un medio ambiente adecuado para su desarrollo,
salud y bienestar;
II.- Definir los principios de la política ambiental y los instrumentos para su aplicación;
III.- La preservación, la restauración y el mejoramiento del ambiente;
IV.- La preservación y protección de la biodiversidad, así como el establecimiento y administración de las áreas naturales protegidas;
V.- El aprovechamiento sustentable, la preservación y, en su caso, la restauración del suelo, el agua y los demás recursos naturales, de manera que sean compatibles la obtención de beneficios económicos y las actividades de la sociedad con la preservación de los ecosistemas;
ARTÍCULO 45.- El establecimiento de áreas naturales protegidas, tiene por objeto:
Párrafo reformado DOF 13-12-1996
I. Preservar los ambientes naturales representativos de las diferentes regiones biogeográficas y
ecológicas y de los ecosistemas más frágiles, para asegurar el equilibrio y la continuidad de los procesos evolutivos y ecológicos;
II.- Salvaguardar la diversidad genética de las especies silvestres de las que depende la continuidad evolutiva; así como asegurar la preservación y el aprovechamiento sustentable de la biodiversidad del territorio nacional, en particular preservar las especies que están en peligro de extinción, las amenazadas, las endémicas, las raras y las que se encuentran sujetas a protección especial;
Fracción reformada DOF 13-12-1996
III.- Asegurar el aprovechamiento sustentable de los ecosistemas y sus elementos;
Fracción reformada DOF 13-12-1996
IV. Proporcionar un campo propicio para la investigación científica y el estudio de los ecosistemas y su equilibrio;
V.- Generar, rescatar y divulgar conocimientos, prácticas y tecnologías, tradicionales o nuevas que
permitan la preservación y el aprovechamiento sustentable de la biodiversidad del territorio nacional;
Fracción reformada DOF 13-12-1996
VI. Proteger poblados, vías de comunicación, instalaciones industriales y aprovechamientos agrícolas,…
ARTÍCULO 158.- Para los efectos del artículo anterior, la Secretaría:
I.- Convocará, en el ámbito del Sistema Nacional de Planeación Democrática, a las organizaciones
obreras, empresariales, de campesinos y productores agropecuarios, pesqueros y forestales,
comunidades agrarias, pueblos indígenas, instituciones educativas, organizaciones sociales y privadas no lucrativas y demás personas interesadas para que manifiesten su opinión y propuestas;


[1] Diccionario Larousse.
[2] Wikipedia. Web.
[3] Antonio García de León, Resistencia y Utopía. Tomo II. Ed. ERA, 1981.
[4] Arnáldo Córdova, Ideología de la Revolución Mexicana, ERA, 1979, p.19.
[5] Exposición fotográfica de las “Generalas de la División del Norte”, Archivo Fotográfico de Gustavo Casasola, “Museo de la Revolución Mexicana”, Av. Lerdo de Tejada 109 esq. Calle Gregorio A. García, Torreón, Coahuila, México.
[6] Tzvetan Todorov, Nosotros y los otros, Siglo XXI, México, 1991.
[7] Guillermo Bonfil Batalla, México profundo.
[8] Belisario Domínguez, en Jesús Silva Hérzog, Breve historia de la Revolución Mexicana, FCE, La etapa constitucionalista y la lucha de facciones, 1960, p. 56.
[9] Loc.cit.
[10] Emiliano Zapata en Ibid, p.102.
[11] Ricardo Flores Magón, Regeneración, 10 de septiembre de 1910, Ediciones del grupo cultural “Ricardo Flores Magón”, México, 1924,  p. 14.
[12] Op.cit., García de León.
[13] Thomas Benjamín, Chiapas: tierra rica y pueblo pobre, p. 174.
[14] Andrés Fábregas, DICCIONARIO DE PERSONALIDADES CHIAPANECAS, Archivo General de la Nación.
[15] Ya que allá había ocupado de Director de la Escuela de Agricultura, después de que había estudiado Agronomía en la Universidad Nacional Agraria de Chapingo y se había integrado como Ingeniero en la Secretaría de Agricultura, para sumarse al reparto agrario.
[16] Op.cit., Benjamín.

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